Reporte Global de la Música 2025 por IFPI

En un mundo donde todo parece más difícil para los artistas independientes, el nuevo Global Music Report 2025 de IFPI llega como un balde de agua fresca. No porque pinte algo tan extraordinario para todos nosotros, sino porque pone sobre la mesa datos concretos que demuestran que la música grabada sigue creciendo. Si la industria crece o por lo menos así lo muestran, es porque hay oportunidades, aunque yo tengo una visión muy particular sobre eso.

El informe arranca con una declaración contundente: el mercado musical global creció por décimo año consecutivo, alcanzando los 29.600 millones de dólares. No fue un salto gigante, pero en un contexto mundial lleno de inestabilidad, sigue siendo una señal de que el ecosistema no está frenado.

El crecimiento no se da solo por magia. Hay trabajo, inversión, tecnología y una adaptación constante. Los labels (grandes y no tanto) están apostando fuerte por artistas que conecten con audiencias, que construyan comunidades fieles, sostenidas y que tengan algo que decir (esto no tiene tanto que ver con la música). Y lo hacen en todos los rincones del mundo.

Esa es la primera pista que nos deja este reporte: el juego ya no es exclusivo de las potencias musicales. Se abre. Se descentraliza.

Las 8 estadísticas que más te conviene mirar si sos artista independiente

  1. Crecimiento global del 4.8%: El negocio global de la música grabada generó 29.600 millones USD en 2024. No es un pico histórico, pero sigue una línea ascendente clara.
  2. Streaming: el rey absoluto: Representa el 69% del total de ingresos globales. Y dentro de eso, el streaming por suscripción (tipo Spotify Premium) se lleva el 51.2%. El crecimiento del streaming por suscripción fue del 9.5% en 2024. Este formato sigue siendo el canal más potente para monetizar.
  3. 752 millones de personas tienen una suscripción a plataformas de streaming. Es una audiencia enorme y bien creciente.
  4. El vinilo sigue vivo: Por 18º año consecutivo, crecen sus ventas (+4.6%), aunque el físico en general cayó un 3.1%. Esto muestra que el vinilo no es moda que viene y va, sino un formato valorado por cierto tipo de personas.
  5. Latinoamérica creció 22.5%: Quince años seguidos creciendo. Brasil y México siguen siendo dos motores de este impulso. México ya está entre los 10 mercados más grandes del mundo.
  6. MENA y África Sub-Sahariana crecieron más del 22%: No es solo Latinoamérica la que se dispara. El área de Medio Oriente y Norte de África (MENA) fue la que más creció (+22.8%), seguida muy de cerca por África Sub-Sahariana (+22.6%). Esto marca un mapa musical cada vez más diverso.
  7. La sincronización creció por cuarto año seguido: La música usada en películas, series, publicidades y videojuegos generó 650 millones de USD, un 2.2% del total. Una vía interesante para generar ingresos no tradicionales.
  8. El 34.8% de los ingresos va a los artistas: Este número creció desde 2016. Muestra una tendencia positiva en la participación de los ingresos para quienes crean la música.

Por qué es vital que crezcan regiones como MENA, Latinoamérica y Asia

Cuando estos mercados se desarrollan, lo que está creciendo no es solo el negocio, sino también la diversidad de voces. Ya no se trata de imitar lo que pasa en EE.UU. o UK, sino de generar sonidos propios que logren impacto global. MENA tiene un 99.5% de sus ingresos por streaming. Latinoamérica tiene una escena viral que se nutre de lo digital. Y Asia, aunque creció menos este año, sigue siendo clave con mercados como China (+9.6%) y Corea.

Lo interesante de este proceso es que no solo se trata de nuevos consumidores, sino también de nuevos modelos de producción, narrativas y estéticas. El mercado global necesita sangre nueva. Y esa sangre está saliendo de lugares donde hace una década no se miraba tanto. Para los artistas independientes, esto representa una oportunidad de conectar con movimientos culturales que están en pleno auge.

Lecciones de 3 artistas para aplicar hoy

Tyler, The Creator | Mike Towers | Chappell Roan

Tyler, The Creator no es nuevo, pero su caso sigue siendo un ejemplo vivo de cómo sostener una carrera fiel a una visión artística. Su álbum Chromakopia debutó número 1 en Billboard y tuvo más de 85 millones de streams en un solo día. Pero lo interesante no es el número, sino cómo lo logró: con una narrativa visual consistente, un equipo estable y una relación con Columbia Records basada en confianza y libertad creativa. Tyler no corre atrás de las tendencias; las crea.

La campaña de Chromakopia fue un trabajo quirúrgico entre Sony, Columbia y el propio Tyler, donde el diseño, el contenido, el merchandising y la presencia internacional se planearon de forma coordinada. Incluso su tour global fue pensado desde una lógica de expansión natural, no forzada. Su caso nos recuerda que la identidad fuerte y la coherencia visual pueden ser herramientas tan poderosas como una estrategia de redes sociales.

Myke Towers representa el opuesto en cuanto a volumen: lanza entre 60 y 70 canciones por año. Pero no se trata de cantidad vacía. Su capacidad de moverse entre géneros, colaborar con artistas como Bad Bunny o Cardi B, y mantener su esencia lo han convertido en el artista latino más escuchado en España. Además, logró viralizar LALA en TikTok. No delega su voz: la multiplica.

Myke no se encierra en un estilo, pero tampoco pierde su centro. Cada colaboración tiene sentido. Cada estrategia digital parte de su equipo, pero también de su intuición. Su relación con Warner es flexible, y su crecimiento en redes responde a una escucha real de lo que su audiencia quiere. Si hay algo para copiarle, es esa mezcla de instinto + análisis + volumen.

Chappell Roan es quizás el ejemplo más valioso para un artista independiente. Llegó a ganar el Grammy a Mejor Nuevo Artista sin haber sido viral en TikTok. ¿Cómo? Construyendo una comunidad real, haciendo shows pequeños con fans fieles y manteniendo una narrativa estética honesta. Su sello, Island Records, respetó su proceso. No la empujó a estrategias clásicas como los “deluxe albums”. En cambio, priorizaron música nueva, fresca, con sentido.

Todo en Chappell se pensó desde la óptica del fan. Desde el primer single hasta las decisiones estéticas, pasando por la elección de no seguir fórmulas vacías. Incluso el hit Good Luck, Babe! nació de esa conexión emocional. Si algo deja su historia, es que el crecimiento real puede venir del boca en boca, si hay una propuesta genuina.

El caso Lars Huang

Lars Huang, cortesía de Sony Music Entertainment

Lars Huang viene de Asia y construyó su carrera sin copiar el modelo occidental. Su música mezcla tradición local con elementos pop globales y eso lo convirtió en una figura emergente con impacto real en distintos continentes. Fue apoyado por un plan internacional que incluyó equipos de marketing localizados, contenido adaptado a cada idioma y una narrativa muy centrada en su identidad cultural.

Este caso muestra que se puede crecer internacionalmente sin resignar raíces. Lars no cambió para gustar afuera; amplificó lo que ya tenía. Su ascenso es un mensaje claro: lo autóctono puede ser exportable si se comunica con inteligencia, si se respeta la esencia y se trabaja con visión global.

De los escenarios al metaverso: música, videojuegos y nuevas audiencias

Hay, por cierto, un caso que merece atención: el de Myles Smith. Este artista británico creó su propio concierto virtual dentro de Fortnite, donde su avatar interpretó tres de sus canciones. Todo fue montado en una isla personalizada, con visuales únicos para cada track y con apoyo técnico de Sony Music. El show fue visto por miles de personas y lo posicionó como el artista emergente más exitoso del Reino Unido en 2024.

Myles entendió algo clave: su audiencia vive en otras plataformas, no solo en Spotify. Y él decidió ir a buscarlos ahí. Este tipo de integración entre música, gaming e inmersividad es una puerta abierta para artistas con visión digital. No se trata solo de hacer “cosas locas” con tecnología, sino de encontrar nuevas formas de contar una historia musical.

Conclusiones finales para el artista independiente

Lo que deja este informe no es un “todo estará bien”. Es un “si jugás bien, tenés chances reales”. El mundo está en constante transformación. La música también. Y aunque los retos son enormes (IA, manipulación de streams, saturación de contenido), también hay espacios nuevos, plataformas inesperadas, y regiones que están pidiendo música distinta.

Si sos artista independiente, este es el momento de armarte de datos, afilar tu propuesta, y conectar con quienes están buscando algo verdadero. No hace falta ser viral. Hace falta ser constante, trabajar en red, entender los formatos, y crear desde tu verdad. Porque en medio del ruido, lo humano sigue siendo lo que más emociona.


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