Nadie puede decir que la vuelta de Soda es solo nostalgia o intentar revivir algo que no se puede. Es un acto de reescribir la historia del rock latinoamericano, ¡una vez más! Para la Generación Z que nunca vio a Gustavo Cerati en vivo, es un puente directo a la experiencia. Y detrás de todo esto, una jugada de marketing que solo los que entienden de industrias pueden admirar.
Desde 1982 hasta hoy, Soda dejó huellas profundas porque no solo creció la banda, creció una cultura que ahora reaparece con todas las generaciones juntas.
Las canciones de Soda Stereo evocan todas las emociones posibles. No voy a hablar sobre la carrera solista de Gustavo en este artículo, pero es exactamente lo mismo. Tu papá, tu mamá, tus primos, tus parejas, tus amigos del colegio, del barrio. Con alguien compartiste todo esto, estoy seguro. Y dudo que no quieras volver a vivirlo, porque el tiempo pasa y duele un poquito, pero con estos eventos todo puede habitarse en felicidad.
Te invito a recorrer un poquito lo que Soda logró en cuatro décadas y por qué considero que se abren las puertas para una nueva generación de rock (que ya la veíamos venir).

Historia de la banda
Soda Stereo nace en Buenos Aires a comienzos de 1982. Gustavo Cerati (voz y guitarra), Zeta Bosio (bajo) y Charly Alberti (batería) decidieron unir fuerzas en algo que buscaba romper los moldes. Recordemos que Argentina todavía estaba a punto de cambiar su paradigma gubernamental.
Ya en el primer disco (“Soda Stereo”, 1984), la banda no solo quería sonar distinta, se vio distinta. Estética new wave, todo bien pensado. Recordemos que Gustavo y Zeta estudiaban publicidad. Con Nada Personal (1985) empieza el quiebre. Vendieron increíblemente más, tocaron en Obras y quedó plasmado en un VHS espectacular. Expandieron su influencia más allá de la escena local y ahí empezaron los ascensos meteóricos de la banda.
Signos (1986) representa el salto y la confirmación de quiénes todavía son casi 40 años después. Fue el primer álbum argentino en alternar formatos CD (sí, un hito técnico). Soda pudo hacer su primera gira latinoamericana: Chile, Perú, Colombia, Ecuador. Ahí nace un fenómeno que luego se llamará “sodamanía”.
Luego vino Doble Vida en 1988 con la producción de Carlos Alomar. Video de “En la ciudad de la furia” llega a MTV Internacional. Para la nueva década (1990) se produce un evento que queda en la memoria colectiva, el famoso show en Buenos Aires con cientos de miles presenciando en la Av. 9 de Julio.
Soda es un fenómeno que cruza fronteras geográficas y culturales.
Vinieron momentos de experimentación noventosa como Canción Animal (1990), Dynamo (1992) y Sueño Stereo (1995) que no siempre fueron éxitos comerciales, pero reforzaron la identidad de una banda que nunca quiso repetirse.
La despedida oficial fue en 1997 con El último concierto en River Plate marcó el cierre de un ciclo que ya se veía venir. Y todo pareció quedar ahí, aunque Gustavo continuó con su carra solista que no paró de crecer durante más de una década.
2007 – Me Verás Volver
Diez años después del último concierto, anunciaron su regreso con una gira continental que vendió más de un millón de entradas. Se extendió por América Latina y EE. UU. Con shows agotados, récords de asistencia.
En los conciertos, Cerati saludaba con un “gracias” y el público respondía “¡totales!”. Una frase cargada de simbología junto con otra nueva: “Despiértame cuando pase el reggaetón.”
2020-2022 – Gracias Totales
Zeta y Charly reactivaron el legado sin Gustavo físicamente. Fue una gira con artistas invitados, soporte audiovisual y una apuesta con pantallas proyectando a Gustavo. Debutaron el 29 de febrero de 2020 en Bogotá, algo que retomaron en 2011 y 2022 debido a las cuarentenas.
Invitados de lujo como Chris Martin, Mon Laferte, Álvaro Henríquez, Juanes, Rubén Albarrán, entre otros. Esto fue sin hologramas. Se usaron registros grabados con sincronización precisa y montaje audiovisual de alta calidad. El registro del concierto fue convertido en documental estrenado en Star+ el 23 de septiembre de 2022.

Logros destacados de Soda Stereo
- Más de 20 millones de discos vendidos a lo largo de América Latina.
- Primer banda latinoamericana en usar formato CD (“Signos”, 1986).
- Primer grupo de rock en español en liderar un evento en EE.UU.
- En 1996 ganaron el International Viewer’s Choice: MTV Latin America por “Ella usó mi cabeza como un revólver”.
- Premios Konex. Un diploma al mérito y Platinum por trayectoria en rock argentino.
- En 2002 recibieron el Premio Leyenda MTV Latinoamérica por su trayectoria.
- Con “Me Verás Volver” en 2007, superaron récords de shows en River Plate y convocatoria masiva.
- En menos de 4 horas se agotaron los primeros 4 shows de “Ecos”, la nueva reunión de la banda para 2026.
Los algoritmos del Rock
El año pasado cuando Airbag salió con este cover, me llamó mucho la atención. ¿Por qué lo harían? ¿necesitaban público? No quiero decir que tenga que ver directamente con el regreso de Soda, pero esta eventualidad pudo conectar por lo menos dos generaciones, las pre-2000 y las post-2000. El cover me gustó muchísimo, lo digerí varias veces y me pareció que lo tocaron con talento, sapiencia musical y respeto por la obra original.
No solo vuelve Soda
Durante casi dos décadas el mainstream latino estuvo dominado por el reggaetón, trap, cumbia y variantes urbanas. El rock fue perdiendo territorio y tuvo que adaptarse, reconociendo que la música de hoy está más pensada para la discoteca, la joda, además del algoritmo y los bailes de TikTok.

Acá el rock argentino (y latinoamericano) parecía haberse convertido en patrimonio de algún que otro festival, pero no alcanzaba. “Me Verás Volver” en 2007 dejó esa melancolía, ese vacío latente en el inconsciente colectivo. Ocurre que ninguna banda pudo volver a generar el 10% de lo que logró Soda. Para mí porque el rock es un contexto de época. Lo que pasaba en los 80s no puede volver a suceder, ahora simplemente hay otras cosas. Otros discursos, otros gobiernos, otra contracultura.
El rock argentino en 2025 es de 2025, no puede ser el de 1985. ¿Se entiende?

Pero lo que estoy notando desde hace varios años es que la Generación Z comenzó a despertar un interés cada vez más fuerte en ese rock de antes. El que escuchaban nuestros padres y nosotros los nacidos en los 80s. Sintetizadores, jabón en el pelo, letras de amor y metáforas pasionales, voces talentosas, presencia intachable en el escenario. Discos físicos, tickets, VHS, nada de teléfonos celulares. Es muy vaporwave lo que estoy diciendo, pero es una realidad.
Los jóvenes de ahora descubren y escuchan a Charly, Aznar, Soda, Virus, Sumo, Spinetta, hasta empezaron a conocer la obra de Tanguito, de Miguel Abuelo. Existe la docuserie de Fito Páez por la que muchos seguramente empezaron a escuchar a Fabiana Cantilo o a Baglietto. El rock de Argentina tiene de todo.
¿Por qué no pueden darse el gusto de ir a escuchar esto a recitales? Muchos artistas siguen vivos y aunque nuestras leyendas o ídolos más prominentes ya no estén, la experiencia se puede compartir. Entre los que lo vivimos y los que lo quisieran vivir. Tenemos a Paul McCartney haciendo las mismas canciones de los Beatles hace décadas y nunca le reclamaron la ausencia de John Lennon. Charly y Zeta tienen el mismo derecho. Y muchos otros que acompañaron a Soda también.
Algunos van a ir con sus hijos y/o nietos a ver a Soda Stereo,
¿entendemos la dimensión de eso?
Lo interesante es que el regreso de Soda viene a recordarle al público que el rock en Argentina (y en todo el continente) es parte de su memoria colectiva. Y en épocas donde todo parece que suena igual, ese anclaje histórico se convierte en capital cultural. La Gen Z nunca vio a Gustavo, pero convierte en propio el discurso del regreso porque para ellos es una primera vez. Esa frescura es combustible para que el rock resurja como fenómeno cultural, no solo en forma de playlists.
Ahora también se abre una ventana para que podamos descubrir un montón de talentos nuevos que estaban escondidos. Cuántos guitarristas, compositores, bajistas, bateristas, cantantes, fanáticos de Soda y del rock en general estaban esperando este momento para poder destacarse más. ¡Ahí tienen, adelante!