La inteligencia artificial está transformado aboslutamente todas las industrias y la música no es la excepción, algo que deberías saber hace tiempo. Este avance plantea preguntas fundamentales sobre los derechos de autor y la protección de las obras creativas, que ya de por sí genera controversias constantes entre muchísimos artistas, discográficas y ahora las plataformas.
En este contexto, SoundExchange, una organización líder en tecnología musical, está desarrollando un registro global de grabaciones de sonido orientado a garantizar que los derechos de los creadores y propietarios de contenido sean respetados frente al uso de su música en modelos de IA.
¿Qué es el registro global de SoundExchange?
El proyecto fue anunciado en septiembre de 2024 y está previsto para su lanzamiento en el primer trimestre de 2025. Tiene como objetivo proporcionar un recurso esencial para que los creadores y propietarios de derechos puedan declarar si permiten que sus grabaciones sean utilizadas en el entrenamiento de algoritmos de IA. Este registro será una herramienta voluntaria y funcionará como una base de datos centralizada, respaldada por el estándar internacional de códigos ISRC (International Standard Recording Code).
Según Michael Huppe, presidente y director ejecutivo de SoundExchange, este registro busca “mantener el control en manos de los creadores y propietarios de derechos, mientras ofrece a las empresas de IA un recurso confiable para investigar y obtener el consentimiento adecuado antes de utilizar grabaciones”.
El desafío de la IA en la música
La rápida proliferación de modelos de IA diseñados para crear música plantea varios retos éticos y legales. Por ejemplo:
- Uso no autorizado: Sin herramientas como este registro, es más difícil para los creadores garantizar que sus grabaciones no sean utilizadas sin su consentimiento.
- Propiedad intelectual: La IA puede generar nuevas composiciones basadas en estilos o patrones de música preexistente, lo que podría difuminar los límites de la autoría.
El registro de SoundExchange busca llenar esta brecha al facilitar un proceso claro y eficiente para que los creadores puedan “reservar” sus derechos y que las empresas de IA cumplan con las normativas de propiedad intelectual.
¿Cómo funciona el registro?
El registro se basará en los siguientes principios:
- Voluntariedad: Los derechos de las grabaciones estarán protegidos por ley independientemente de su inclusión en el registro. Sin embargo, la herramienta facilita la declaración de autorizaciones.
- Escalabilidad: Las empresas de IA podrán consultar la base de datos para verificar permisos antes de usar grabaciones en sus modelos.
- Compatibilidad internacional: Aunque la legislación estadounidense no exige una reserva explícita de derechos, el registro pretende facilitar la implementación de protecciones similares en Europa y otros mercados.
SoundExchange: Un actor fundamental en la música
Con más de 126 millones de grabaciones registradas, SoundExchange es reconocida como la organización líder en la administración de derechos de música digital en Estados Unidos. Desde su creación en 2003, ha distribuido más de $11 mil millones en regalías a 700.000 creadores. Su rol como administrador del código ISRC en EE. UU. le otorga una posición única para liderar esta iniciativa global.
Un futuro en colaboración con la tecnología
SoundExchange también es miembro fundador de la Human Artistry Campaign, una alianza global que promueve el uso responsable de la IA en la creación artística. Este movimiento subraya que, aunque la IA puede ser una herramienta poderosa, nunca debería reemplazar la expresión humana.
El registro global de SoundExchange en teoría representa un paso innovador hacia la armonización de la tecnología y los derechos de los creadores. Al proporcionar una solución clara y centralizada, no solo protege la música como forma de arte, sino que también establece un estándar para la ética en el uso de la inteligencia artificial. Para los músicos, productores y propietarios de derechos, este registro podría convertirse en un pilar esencial en la defensa de su legado creativo en la era digital.